¿Qué es una IGP?

El sello IGP, o lo que es lo mismo, productos con Indicación Geográfica Protegida, viene otorgado por la Unión Europea. Este reconocimiento continental se traduce en logotipos que, en nuestro caso, identifican a la Ternera Gallega y al Ternasco de Aragón como productos de calidad alimentaria diferenciada, garantizados mediante controles específicos.

En el caso de la carne de cordero, la IGP Ternasco de Aragón favorece la economía rural aragonesa, su cultura y medio de vida, manteniendo a la población y preservando el medio natural. Su exigente proceso de crianza está regulado desde 1989 por el Consejo Regulador de la IGP Ternasco de Aragón, lo que supone la distinción de ser la primera carne fresca en España reconocida con una Denominación Específica.

Por su lado, la Ternera Gallega es un producto agroalimentario con más de 3.700 años de tradición e historia en Galicia. La carne comercializada bajo el amparo de la IGP Ternera Gallega desde 1989 es exclusivamente de terneros nacidos, criados y sacrificados en Galicia, que proceden de razas autóctonas y sus cruces. Por estas razones, desde 1996 la Unión Europea la reconoce como la primera carne de vacuno con un riguroso programa de control integral y certificado de garantía.

Atributos diferenciales

Nuestras IGP son mucho más que un producto asociado a un origen porque detrás de estos sellos hay:

Máxima garantía

de certificación acreditado por la ENAC (Entidad Nacional de Acreditación). Todo ello bajo un exhaustivo control productivo, con óptima seguridad e higiene.

Supervivencia y sostenibilidad

es decir, cómo la protección de estas carnes garantiza la viabilidad económica del territorio aragonés y gallego, así como el valor añadido que supone para el producto su entorno rural y natural.

Adaptación al medio

favorecemos la fijación de la población a zonas rurales, la protección del entorno y del territorio y el papel de la mujer en ambas comunidades, la sostenibilidad del medio ambiente y la innovación en sendos procesos de producción. Con todo ello pretendemos promover nuevas formas de consumo, nuevas técnicas de envasado, productos más cómodos y un modo de vida más saludable.

Si a todo ello le sumamos los valores personales y las historias con nombre y apellidos detrás de ambas carnes, obtenemos dos sellos únicos, con una tradición que ha permitido preservar el territorio nacional y sus producciones de generación en generación. Siglos de historia detrás del sello IGP.